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Micotoxinas en los piensos: un peligro para el metabolismo

Micotoxinas – Qué es y dónde está el desafío

Las micotoxinas son metabolitos secundarios tóxicos producidos por ciertos tipos de hongos, principalmente mohos, que pueden contaminar los cultivos de alimentos y piensos. Estas toxinas se producen de forma natural y pueden suponer importantes riesgos para la salud de las personas y los animales si se consumen en cantidades suficientes. Esta contaminación fúngica es una preocupación mundial en la agricultura y la seguridad alimentaria. Las micotoxinas pueden contaminar los cultivos durante el crecimiento, la cosecha, el transporte y el almacenamiento. Factores como la temperatura, la humedad y las malas condiciones de almacenamiento pueden favorecer el crecimiento de moho y la producción de micotoxinas. Hay muchos tipos diferentes de micotoxinas, algunas de las más conocidas son las aflatoxinas, las ocratoxinas, las fumonisinas, el deoxinivalenol (DON o vomitoxina) y la zearalenona. Cada micotoxina tiene sus propias propiedades y puede afectar a varios sistemas orgánicos, especialmente en los animales. Las condiciones climáticas, incluidas la temperatura y la humedad, pueden influir en la prevalencia de micotoxinas en los cultivos. Durante los periodos de alta pluviosidad, especialmente durante la temporada de cosecha, los niveles de micotoxinas en los cultivos pueden aumentar bruscamente, lo que a su vez plantea retos tanto para los productores de piensos como para los responsables de la alimentación de los animales. Las estrategias de mitigación después de la cosecha son un método importante y rentable para controlar la causa. Las principales intervenciones después de la cosecha de cereales utilizadas como estrategias de mitigación de micotoxinas incluyen un secado rápido y adecuado, control de insectos, transporte y envasado adecuados; las buenas condiciones de almacenamiento a menudo no son suficientes para alcanzar niveles seguros de micotoxinas en los piensos. Especialmente en 2023, los piensos europeos corren el riesgo de sufrir micotoxinas debido al difícil clima estival y, debido al cambio climático actual, seguirá siendo un problema emergente.
 

El riesgo subestimado para el animal

Las micotoxinas en los piensos pueden tener un impacto significativo en la salud y el rendimiento del ganado. He aquí algunos ejemplos de cómo las micotoxinas en los piensos pueden afectar a la salud del ganado:

  • Reducción de la ingesta de pienso: Las micotoxinas pueden hacer que los piensos no sean apetecibles, lo que reduce el consumo de alimento por parte de los animales. Esta disminución del consumo puede dar lugar a tasas de crecimiento más lentas, un menor aumento de peso y una menor producción de leche o huevos en el ganado.
  • Inmunosupresión: Las micotoxinas pueden debilitar el sistema inmunitario de los animales, haciéndolos más susceptibles a enfermedades e infecciones. Esto puede aumentar la necesidad de antibióticos y cuidados veterinarios, lo que puede incrementar los costes de producción.
  • Daños hepáticos y renales: Las micotoxinas como las aflatoxinas y las ocratoxinas pueden dañar el hígado y los riñones de los animales. La exposición crónica a estas micotoxinas puede provocar problemas de salud a largo plazo.
  • Reducción del rendimiento reproductivo: Ciertas micotoxinas, como la zearalenona, pueden alterar el sistema reproductivo de los animales. En las hembras, puede provocar infertilidad, abortos y mortinatos, mientras que en los machos, puede causar una reducción de la producción y la movilidad de los espermatozoides.
En general, las micotoxinas en los piensos representan un reto importante para los ganaderos, y es esencial aplicar prácticas de gestión cuidadosas para minimizar su impacto en la salud y la productividad de los animales.
 


Imagen 1: Riñón agrandado, hinchado y pálido de una gallina debido a la presencia de micotoxinas en el pienso (Hassan et. al., 2019)
 


Imagen 2: Sensibilidad del ganado a las micotoxinas. Afectan especialmente a los cerdos (Fuente: PIGS XL - https://pigsxl.de/).
 

El impacto en el metabolismo del calcio, el fósforo y la vitamina D

Las micotoxinas, aunque son conocidas principalmente por sus efectos tóxicos sobre diversos sistemas orgánicos, pueden afectar indirectamente al metabolismo de la vitamina D y el calcio en los animales. Es importante señalar que los efectos específicos de las micotoxinas sobre el metabolismo del calcio y la vitamina D pueden variar en función del tipo de micotoxina, el nivel de exposición y la especie del organismo afectado. Además, los efectos de las micotoxinas sobre estos procesos suelen ser indirectos, como resultado de la alteración general de la salud y de las funciones fisiológicas normales.

Empecemos por el efecto de las micotoxinas sobre la absorción y el metabolismo del calcio. Las micotoxinas, especialmente las que causan problemas digestivos o daños en el tracto gastrointestinal, pueden interferir en la absorción de nutrientes esenciales, entre ellos el calcio. Una menor absorción de calcio puede provocar desequilibrios en el metabolismo del calcio y, por tanto, una hipocalcemia leve (niveles bajos de calcio en sangre). Simultáneamente, las micotoxinas afectan también al metabolismo de la vitamina D, que controla fuertemente la absorción del calcio. Las micotoxinas que afectan a la función hepática o deterioran la producción de ciertas enzimas implicadas en la activación de la vitamina D pueden alterar indirectamente la homeostasis del calcio.

Dado que la vitamina D desempeña un papel importante en la inmunidad de los animales, no debe subestimarse el efecto de las micotoxinas sobre el sistema inmunitario. Algunas micotoxinas pueden debilitar el sistema inmunitario, lo que puede provocar una mayor susceptibilidad a las infecciones y a las afecciones inflamatorias. Una deficiencia de vitamina D puede deteriorar la función inmunitaria. Por lo tanto, la inmunosupresión inducida por micotoxinas puede exacerbar los efectos de la deficiencia de vitamina D.

La alteración del metabolismo del calcio puede tener efectos negativos sobre la salud ósea. La exposición crónica a las micotoxinas, especialmente las que causan problemas digestivos y hepáticos, puede dar lugar a huesos más débiles, lo que puede agravarse aún más si también hay una deficiencia de vitamina D, ya que esta es esencial para la salud ósea. Asimismo, es importante mencionar el efecto de varias micotoxinas sobre hormonas como la paratiroidea (PTH), que desempeñan un papel clave en la regulación de los niveles de calcio en el organismo. Un desequilibrio en estos sistemas hormonales puede afectar al metabolismo del calcio y la vitamina D.
 

Sobre el autor

Murat Devlikamov estudió Ciencias Agrícolas en la Universidad de Giessen, Alemania e hizo su tesis de maestría en nutrición de pollos de engorde. En Phytobiotics, es el gerente de productos herbales Active D. Murat lleva a cabo investigaciones científicas sobre el suministro de vitamina D específica para crear soluciones prácticas para animales en períodos de alto desafío metabólico.

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Los ensayos científicos y de campo confirmaron que, especialmente el rendimiento de puesta y la calidad del huevo, se ven afectados positivamente por Phytobiotics Active D. En pollos de engorde, Active D apoya el desarrollo esquelético y la condición articular, lo que  resulta  en aves más pesadas y saludables. Su aplicación es beneficiosa en fases críticas, como el estrés por calor, la ocurrencia de trastornos óseos y la contaminación por micotoxinas en los piensos.
 

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