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20.06.2024

HOT TOPIC – Estrés térmico en vacas lecheras: ¿Puede ayudar un aditivo alimentario?

Manténgase fresco y siga adelante!
A nadie le gusta trabajar cuando hace calor. Nuestras vacas lecheras luchan especialmente con el calor debido a su alta rotación metabólica que conlleva al máximo rendimiento. Conozca cómo Sangrovit® ayuda a las vacas a manejar los desafíos de la temporada de verano y a mantener la producción de leche durante todo el tiempo. Lea el “Hot Topic” - "El estrés por calórico en  vacas lecheras - ¿puede ayudar un aditivo para alimentación animal?" escrito por el experto en rumiantes de Phytobiotics, Santiago Bas.
 
Aplicación Ciencia e investigación Rumiantes Sangrovit

Efectos del estrés térmico en el ganado lechero
El calentamiento global se ha convertido en una preocupación importante en los últimos años. La temperatura ambiente ha aumentado a una tasa promedio de 0.18 ° C por década en los últimos 30 años y se espera que aumente en otros 0.8 – 2.6 ° C para 2050. Este aumento de la temperatura ambiente tiene importantes consecuencias negativas para la ganadería y la agricultura. Entre los animales productores de alimentos, el ganado lechero es una de las especies más susceptibles al estrés térmico (ET) debido a su alta producción de calor metabólico y su pequeña superficie corporal para la disipación del calor. El estrés térmico se asocia con un impacto negativo en el bienestar y la productividad de los animales (Figura 1).


Sangrovit®
Sangrovit® es un aditivo natural derivado de Macleaya cordata, una planta que pertenece a la familia Papaveraceae. Los ingredientes activos presentes en Sangrovit® son alcaloides isoquinolínicos (IQs). Estos alcaloides, con un modo de acción documentado en el sistema digestivo, promueven el consumo de alimento y ayudan a la digestibilidad de los nutrientes. En consecuencia, más energía y nutrientes de la dieta están disponibles para los procesos de mantenimiento y producción, apoyando así la productividad y contribuyendo a la salud general de los animales. Además, los estudios en rumiantes y otras especies han demostrado que la suplementación con Sangrovit® en condiciones de estrés térmico mitiga el impacto negativo de las altas temperaturas y la humedad.
 


Un estudio realizado en 30 rebaños lecheros en Francia tuvo como objetivo evaluar los efectos de la suplementación con Sangrovit® en el rendimiento de las vacas lecheras lactantes. Un total de 1.226 vacas lecheras fueron incluidas en el estudio, teniendo en cuenta el número de lactancias, la producción de leche y el recuento de células somáticas (RCS) en la lactancia anterior. Aproximadamente 21 días antes de la fecha prevista de parto, las vacas secas se asignaron al azar a 2 tratamientos. Las vacas en el grupo de control (n = 613) fueron alimentadas con la dieta basal, mientras que las vacas en el grupo de prueba recibieron Sangrovit® (n = 613) durante el período de transición hasta la mitad de la lactancia.
 

En general, las vacas del grupo Sangrovit® (SAN) produjeron más leche (1,72 L) que las vacas del grupo control (CON). Además, se realizó un análisis contable por estación del año. La estación cálida se estableció del 23 de septiembre al 19 de marzo, mientras que la estación fría se definió como el período comprendido entre el 20 de marzo y el 22 de septiembre.
El análisis por estación reveló que, aunque la producción de leche mejoró durante ambas estaciones en vacas que recibieron Sangrovit®, se observó una mejor respuesta en la producción de leche en vacas suplementadas con Sangrovit® durante la estación cálida (Figura 2). En promedio, el recuento de células somáticas (RCS) fue menor para las vacas que recibieron Sangrovit® que para las vacas del grupo CON. (133,0 x 103 vs 254,8 x 103).

Además, se evaluó la proporción de vacas con RCS > 200.000 (indicativo de mastitis subclínica) durante ambas estaciones del año. Mientras que la reducción en la proporción de vacas con RCS >200,000 se observó durante ambas estaciones en vacas que recibieron Sangrovit® en relación con las vacas del grupo control, la mayor reducción se observó en los meses de primavera y verano (Figura 3; reducción en EF = 34.97%; reducción en EC = 48.03%).
 

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